Estableciendo limites para construir mejores relaciones con nuestros niños.

Por:  Yoellie Iglesias

Camila me comento que su hija de 5 años cada día estaba “peor”.  La madre casi llorando me comento “no sé que mas hacer, ella no obedece y yo no sé cómo establecerle limites”.

Cuando el niño nace comienza a descubrir que existen límites y son sus padres los primeros modelos de estos límites.  El infante reconoce en el tono de voz de su madre o guardián y le indica como este individuo se siente.  Así el infante inicia el descubrimiento de lo que está aceptado o no por su guardián.

A medida que va creciendo el niño comienza a desafiar esta autoridad y a experimentar con las reglas, descubriendo cuales puede fragmentar.

Cada vez que un padre se me acerca y me informa que su pequeño esta fuera de su control, me recuerda que tener una estructura blanceada, reglas claras y simples puede ser la solución a este problema.

Antes de reaccionar el padre debe de identificar cual es el objetivo de ese comportamiento sea poder, venganza o atención.  Si el niño busca “poder”, el padre no debe de pelear con el niño para ganar ese poder por que entraría en una batalla con este y los resultados pueden ser que el niño se sienta resentido, frustrado y se vuelva rebelde.

Si el padre determina que el objetivo de este niño es “poder” y el niño por ejemplo comienza a llorar en la tienda para que el padre le compre algo, el padre puede ignorar el comportamiento, y ofrecerle otra actividad para hacer que el niño cambie su enfoque.  Si usted ya sabe que cada vez que van de compras su hijo/a va a comenzar a llorar, antes de llegar a la tienda explíquele que tiene un presupuesto limitado, ofrézcale una recompensa si no llora en la tienda y coopera con usted, y déjele saber con palabras claras que si escoge comportarse inapropiadamente no obtendrá esta recompensa.

Tal vez el niño busque venganza.  Cuando esto sucede el pequeño rompe cosas, o hace sentir al padre culpable.  Cualquier método que utilice hará que el padre se desbalancee emocionalmente, y el pequeño obtendrá lo que desea.  Si el padre reconoce que el niño quiere vengarse no lo debe tomar tan personal.  En realidad el niño no comprende bien que es lo que está haciendo, solo sabe que su padre sedera a su deseo si continua con la misma estrategia. 

En estos casos el padre puede poner en su mente que no gritara, disciplinara físicamente o se sentirá enojado con el niño.  Al contrario, mantendrá el control propio y utilizara las palabras para ganar esta batalla.  Modelara el comportamiento deseado y establecerá las consecuencias por el comportamiento adecuadamente a la edad del niño. 

Un ejemplo de un límite para construir mejores relaciones es explicarle al niño que si rompe los juguetes, no tendrá con que jugar y sencillamente los tendrá que depositar en la basura.  Si el niño escoge romper los juguetes, usted los deposita en la basura y no compra juguetes nuevos.  Si se siente herido con el niño, dese a usted un tiempo aparte o sea un  “time-out”, antes de reacionar. 

Coja un tiempo para calmarse y pensar que quiere enseñarle a su hijo.  Recuerde que disciplinar es enseñar. Enojado, herido y frustrado no obtendrá la meta de enseñar, y establecer límites apropiados. No se puede disciplinar cuando estamos fuera de nosotros mismos.

En muchas ocasiones su pequeño solo busca atención y para lograrlo lo interrumpe, grita, pelea con sus hermanitos, llora.  Si el padre sabe que va a ser una actividad que le tomara mucho tiempo, como por ejemplo hablar por el teléfono y el niño vendrá a interrumpirlo buscando atención, entonces déjele saber al niño que usted va a hablar por teléfono y no puede ser interrumpido. 

Si el niño llega y lo interrumpe, esté preparado con una actividad que el niño pueda hacer cerca de usted, como por ejemplo pintar, dibujar, o leer.

Explíquele a niño que si lo obedece tendrá una recompensa o ganara algo que él desea.  Hable calmado, claro y sea preciso en sus instrucciones.  Déjele saber al niño que pasara si no obedece.  Yo hasta le sugiero que le pregunte al niño que él cree que podría ser la consecuencia si el/ella deciden no respetar.  Esto hará al niño pensar en ser más responsable y aprenderá una destreza nueva.

Establecer límites para construir mejores relaciones con nuestros hijos no es una tarea fácil. Siempre recuerde que el niño crecerá y en la comunidad existen límites que todos tuvimos que aprender, lo mismo ocurre en la vida de nuestros hijos.  Recuerde que usted es el primer modelo de vida de su hijo.

Trate a su hijo con respeto para que el aprenda a respetarlo y respetar a los demás.  Instrúyalo en las consecuencias de sus actos y recuerde todos deseamos ser gratificados si hacemos algo bueno.  No deje pasar por alto cada vez que su hijo demuestra el comportamiento adecuado.

Un niño no necesita miles de regalos. Un niño si necesita una vida estructurada, con límites claros y adecuados para su edad. El establecer privilegios y consecuencias promoverá el aprender las destrezas que lo ayudara a vivir una vida positiva y sana.