Querido Santa:
Te escribo esta carta por que se que pronto llegaras lleno de maravillosas sorpresas. Pienso en tantas cosas que desearía pedirte. Este año ha sido uno lleno de sorpresas para mí.
En relación con mi pareja, aprendí que es importante quererme mucho para que otros a mí también me quieran. Sin ese amor y dedicación a mi persona es imposible que otros me vean como una líder e importante individuo que soy. Me valoro hoy, sé que es importante lo que yo pienso. Escucho el consejo que otros pueden ofrecerme, pero yo soy la que tomo la última decisión.
Aprendí a no tener expectativas. Cada vez que esperas que alguien haga algo por ti, saldrás desilusionado. Mejor planeo lo que quiero y voy en busca de esto y si él me acompaña por que así lo desea estará bien conmigo.
Además, me eduque y acepte que el amor no es control. Que la comunicación es trascendental y que el no va a cambiar porque yo así lo desee. Que yo debo de invertir en nuevas metas, tener nuevos sueños y establecer pasos para llegar a ellos.
Ya no tengo miedo al silencio o estar sola. Disfruto de la soledad y me gozo con estar conmigo misma. Tengo la capacidad de repasar la información que llega a mí de muchos lugares diferentes. Me beneficio de escoger en ese momento de silencio lo que yo sé que es bueno para mí. Escojo y no soy más víctima. Tenemos la capacidad de la decisión y si quieres podemos volver a empezar.
Asimile que puedo decir NO a lo que no me gusta o a lo cual no estoy de acuerdo. La palabra NO es una muy poderosa que muchas féminas no aprender a usarla por miedo a ser juzgadas, maltratadas o rechazadas.
Descubrí que si deposito todo mi amor en el, perderé porque él es un complemento a mi vida, no mi vida. Cuando cometemos el error de creer amarlos más que a nosotras mismas, descubriremos tristeza y desolación.
En mi relación con el cada uno tiene sus propios sueños y estos son respetados por qué no hay miedo al fracaso, sino amor verdadero. Ya no “tenemos” porque no hay obligaciones sino respeto mutuo. Nos aceptamos y disfrutamos de los logros del uno y del otro. Nuestro amor es amable y esto nos hace felices. La generosidad que emane del amor nos abre muchas puertas.
Soy yo misma por qué mi amor es incondicional. No creo una imagen para complacer el lente de mi amado. Ni creo una imagen de él que no es verdadera. No finjo ser quien soy para complacer, ni espero que él lo haga para complacerme a mí.
Sé que soy responsable de mí y mis actos no los de mi pareja. Le doy el espacio para que el crezca como la persona que es. Esto nos permitió crear ilusiones, y divertirnos más.
Santa se que estas impresionado con todo lo que te he escrito. Mi petición es que re-envíes esta carta a otras damas para que ellas también aprendan a amarse, ser libres y generosas para aceptar y dar amor de una manera más sana.
Mi vida está llena de romance desde que aprendí que el amor no es control. Que yo soy la dueña de mi vida. Sé que puedo decir NO a lo que no me gusta. Sueño constantemente hacia donde voy y me siento en silencio y a solas a recapacitar de donde vengo.
Tengo la capacidad de escoger y eso me dio nuevas fuerzas. No tengo expectativas, más si tengo muchos planes. Ya no soy presa del miedo, pues este es solo el instrumento que se usa para dar dolor, pena y tristeza. Yo dije NO al dolor, si al amor….
Santa antes de despedirme quiero dejarte saber que uno de mis libros preferidos es La Maestría del Amor de Miguel Ruiz. Déjale uno a cada dama que visites, se que ellas te lo agradecerán mucho igual que yo te agradezco habérmelo dejado a mí.
Feliz Navidad para ti también y la Sra. Claus….
Yoellie
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